¿Cuál es el propósito de la Torá?
Dios no espera que seamos perfectos. De hecho, por eso la Torá no fue entregada a los ángeles.
Voy a compartir contigo una historia muy extraña del Talmud. Los Sabios codificaron ideas profundas en esta clase de relatos. Esta historia transmite una verdad profunda sobre quiénes somos, qué es la Torá y por qué nos fue dada.
Cuando Moshé ascendió al Cielo para recibir la Torá, los ángeles ministrantes dijeron al Santo, bendito sea: “Soberano del universo, ¿qué hace entre nosotros alguien nacido de una mujer?”. En otras palabras, ¿qué hace este ser humano imperfecto entre seres perfectos? ¿Cómo pudo un mortal ascender al nivel de los ángeles?
“Ha venido a recibir la Torá”, respondió Dios. “No se va a quedar. Sólo vino a recoger algo: la Torá”.
Los ángeles se indignaron aún más. “¿¡Qué!? ¿Estás por entregar a este frágil ser humano un tesoro tan preciado? ¿Cómo puedes dar a los seres humanos Tu santa Torá? ¡Déjala en el cielo! ¡Dánosla a nosotros!”
Aceptar la Torá significa aceptar una misión Divina.
Mucha gente dice que la Torá es un manual de vida dado por Dios. Pero en realidad, es más que eso: es una misión que Dios nos encarga cumplir en Su nombre. Por eso la Torá estaba en el reino celestial. Un ángel es un agente de Dios designado para realizar una misión divina. El ser humano también tiene la oportunidad de cumplir una misión en nombre de Dios. Aceptar la Torá significa aceptar una misión divina. Te conviertes en un agente de Dios. De acuerdo con la ley judía, si designas a alguien como tu agente, esa persona actúa con el mismo poder que tú: le has dado tu poder de representación. Esta es la sorprendente fuerza, responsabilidad y privilegio que nos otorga la Torá.
Los ángeles no sabían lo que había dentro de la Torá. Sólo sabían que Dios debía valorar mucho esta misión si la había retenido tanto tiempo sin confiarla a nadie. Cuando Moshé apareció para recibir la Torá, quedaron en shock. Todo ese tiempo habían oído hablar de esta misión elevada y exaltada, ¿y a quién decide Dios confiársela al fin? ¡A un humano! Esto es absurdo. Los humanos son criaturas bajas, llenas de impulsos mezquinos y actos malvados. ¿Acaso ellos van a actuar en nombre de Dios?
Dios le dijo a Moshé: “Tienes que responder a las quejas de estos ángeles”. Es decir, tienes que entender por qué mereces esta misión. ¿Cuáles son tus calificaciones?
La mayoría de las personas piensan que el tema central de la Torá es creer en Dios. Esa es sólo la mitad de la historia. La Torá también trata sobre creer en uno mismo. Para aceptar la Torá, necesitas una gran autoestima. Debes creer que eres digno de ser el agente de Dios en la Tierra, que fuiste enviado a cumplir una misión sagrada.
El mensaje de Shavuot es: eres importante y significativo para Dios. Se te ha dado la oportunidad de representarlo. Se te ha confiado Su poder de representación para actuar en Su nombre.
La discusión con los ángeles
Dios le dijo a Moshé: “Yo no puedo responder por ti. A menos que tú mismo te des cuenta de tus méritos, no se te puede confiar esta misión.”
Moshé se aferró al Trono Celestial y con una increíble confianza enfrentó a los ángeles. Ante los ángeles, le preguntó a Dios: “¿Qué hay en Tu Torá?”
“Yo soy Hashem tu Dios, que te sacó de Egipto”.
Moshé desafió entonces a los ángeles: “¿Acaso ustedes fueron a Egipto y sirvieron al faraón? ¿Qué relevancia tiene la Torá para ustedes?”. En otras palabras: “¿Fueron ustedes esclavos oprimidos durante 210 años?”
Los ángeles lo aceptan. Ellos sólo han vivido una vida perfecta y dichosa en el cielo.
Moshé continuó: “Dios, ¿qué más está escrito en Tu Torá?”
“No tendrás otros dioses”.
Moshé enfrentó a los ángeles: «¿Acaso ustedes viven entre naciones que adoran ídolos?”
Para comprender realmente la pregunta de Moshé necesitamos entender lo que era realmente la idolatría. La idolatría era una actividad muy divertida. La mayoría de las prácticas idólatras giraban en torno a la promiscuidad sexual. Los idólatras creían que las orgías eran un servicio a sus dioses. Por eso Moshé les dijo a los ángeles: “¿Acaso ustedes viven en una sociedad que los tienta constantemente con seducciones y placeres?”
Los ángeles le responden: “¡No, somos ángeles!”
Moshé prosigue: “Dios, ¿qué más hay en la Torá?”
“Guardarás el Shabat. Honrarás a tu padre y a tu madre. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás.”
Moshé desafía a los ángeles: “¿Ustedes trabajan duro? ¿Necesitan descanso? ¿Tienen padres a quienes honrar? ¿Sienten celos? ¿Tienen una inclinación al mal?”
Estas son las credenciales que Moshé presenta para que la humanidad merezca la misión de la Torá: Vivimos en una sociedad materialista, llena de seducciones diarias. ¡Por eso debemos recibir la Torá! Calificamos para esta misión precisamente porque cometemos muchos errores, porque estamos rodeados de desafíos internos y externos. Somos perfectos para esta tarea… porque somos imperfectos. Así que la próxima vez que nos llamen “nacidos de mujer”, díganlo con respeto.
Los ángeles quedan impresionados. Incluso quieren hacerse amigos de la humanidad y entregan a Moshé secretos útiles para ayudar a los humanos en su difícil misión.
Bondad humana S.A.
¿Cuál es la misión de la Torá? Superar los impulsos negativos y destructivos y elegir la bondad. La bondad elegida es la forma más elevada de bondad. Estamos altamente calificados para esta misión porque estamos expuestos a tentaciones y seducciones.
Podemos fallar, pero también podemos triunfar. Podemos destruir, pero también construir. Podemos elegir hacer un gran mal, pero también elegir hacer un bien asombroso.
Los ángeles son perfectos; no tienen una inclinación negativa. No tienen libre albedrío. No pueden resistirse. No pueden fallar. No pueden elegir la bondad.
Nuestra misión, si la aceptamos, es elegir el bien. Así es como servimos a Dios. Los ángeles cantan alabanzas a Dios en un mundo celestial perfecto.
Sin embargo, las alabanzas humanas superan las de los ángeles, porque provienen de la Tierra, manchada de imperfecciones, problemas y desafíos. Esa es nuestra grandeza.
Una persona puede mantener la Torá sólo después de haber fallado.
Dios no espera que seamos perfectos. De hecho, si lo fuéramos, no calificaríamos para la misión de la Torá. El Talmud enseña que una persona puede mantener la Torá sólo después de haber fallado. En otras palabras, parte de la misión de la Torá es fallar, arrepentirse, comprometerse, cambiar, elegir el bien y triunfar. Los seres humanos somos los candidatos perfectos para el trabajo.
Cuando los ángeles entendieron esto, le entregaron regalos a Moshé: secretos útiles. Quisieron invertir en el emprendimiento humano.
Quisieron ser accionistas en “Bondad Humana S.A.”. Si no podían trabajar para la empresa, al menos podían invertir y disfrutar de los dividendos como accionistas.
Dios es el principal inversionista en Bondad Humana S.A. Dios ha invertido una chispa de Su Ser Divino en los seres humanos para participar en este mundo. Ese es el significado de la tradición mística que enseña que Dios desea habitar en este mundo. Dios vive y participa en el mundo a través de ti y de mí… si aceptamos la misión. Este es el verdadero significado de que el ser humano fue creado a imagen de Dios.
Cada ser humano tiene el potencial de ser un agente y vehículo de Dios.
Todo lo que hacemos puede hacerse en nombre de Dios. Este es el mayor honor y el mayor placer que una persona puede experimentar. Vivir para mí mismo no es un gran honor, pero vivir para Dios, elegir la bondad por Su causa… eso es el Cielo en la Tierra.
Versión original: Aish Latino escrito por Rav David Aaron
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