Para los que no oímos bien: Mírame a los ojos y yo miraré tus labios
El aspecto más frustrante de una pérdida auditiva es que se interpone en el camino de una buena charla.
El lenguaje- ya sea hablado, signado, parpadeando, con dibujos- nos conecta con las personas.
A través del lenguaje construimos relaciones, compartimos pensamientos, sentimientos y opiniones.
El lenguaje expresa la poesía en nuestros corazones y da voz a nuestra música.
Entretiene, consuela, enfurece y nos hace reír
Para la gente como yo, la pérdida auditiva impide el fluir de la comunicación: hablar y escuchar. Hace agujeros en las palabras y en las oraciones completas. Oímos los sonidos pero no entendemos todo. Cuando escuchamos mal una palabra o fraseo no escuchamos el tono de la voz que da un significado a lo que dicen…entendemos otra cosa y nos sentimos mal por ello.
Tenemos que estar consientes que perdemos pistas importantes.
La experiencia nos enseña que no hay que tener una conversación con alguien de espaldas, sin verlo.
Una alternativa es verificar si entendemos, pero eso va contra el flujo natural de la conversación e irrita a todos y a nosotros también. La conversación se detiene de todas formas si decimos que entendimos mal. “ya no estamos hablando de eso”
Dejamos de participar para no cometer más errores embarazosos.
El ruido es el enemigo público número 1 para una persona con pérdida auditiva. En ambientes ruidosos no entendemos nada de lo que escuchamos.
Lo peor que pueden decirle a una persona cuando pide que le repitan: “no tiene importancia”
Amigos, una regla muy importante: llama mi atención, mírame a los ojos y estoy contigo todo el tiempo.
Escrito por: Terapeuta Rebeca Lerman G. – [email protected]
Comentario (1)
Quisiera ver si eres terapeuta en audición y donde o cómo te puedo contactar.
Saludos
Hola Roberto, con gusto, puedes contactar a la terapeuta Rebeca Lerman G. – [email protected]
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