Por qué envejecer bien requiere de una tribu
Las colaboraciones multisectoriales en varios países han dado lugar a una legislación para proteger a los trabajadores de mayor edad de la discriminación relacionada con la edad en el trabajo.
- Para que las personas envejezcan bien, necesitan sistemas, sectores y políticas que creen las condiciones necesarias para promover la buena salud y el bienestar económico.
- Un elemento de esto implica la creación de políticas que garanticen que las personas no se vean obligadas a dejar de trabajar simplemente por haber alcanzado cierta edad.
- Los responsables políticos, los empleadores y el sector público han colaborado en la legislación que permite a las personas mayores seguir trabajando si lo desean.
Como todo en la vida, el envejecimiento no es algo que hacemos solos. Esto es aún más cierto cuando se trata de envejecer bien. Los sistemas, sectores y políticas crean las condiciones —los ecosistemas— que hacen posible que las personas envejezcan con buena salud y bienestar económico.
Mientras personas de todo el mundo se enfrentan a las tendencias actuales en torno a los sistemas públicos de jubilación resilientes, la acumulación frente a la desacumulación y el papel de la tecnología, el cambio climático y otros factores en nuestras vidas, la acción positiva y los grandes cambios simplemente no serán posibles sin una colaboración enfocada.
Esta es una poderosa lección que el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento de EE. UU. (NCOA) aprendió hace más de 75 años y que sigue aplicando hoy.
Incluso las ideas más sencillas requieren un enfoque multisectorial
El NCOA se fundó en 1950 con base en una idea simple expresada por un grupo de visionarios: que las personas mayores debían contar con los recursos necesarios para vivir en casa y contribuir a sus comunidades durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, los fundadores del NCOA sabían que convertir esta idea en realidad requeriría un enfoque multisectorial que involucrara a los responsables políticos, la sociedad civil, la filantropía y las empresas privadas.
Sí, las personas pueden tomar medidas para mejorar su situación personal. Pero sin la infraestructura que las apoye, esas acciones pueden ser difíciles, si no imposibles. Esto es especialmente cierto para quienes ya enfrentan desafíos de salud o financieros. En resumen, envejecer con dignidad no se trata solo de los recursos individuales, sino de los sistemas y entornos que configuran nuestras oportunidades.
Como detalla el reciente informe del Foro Económico Mundial «Preparando la Economía de la Longevidad para el Futuro: Innovaciones y Tendencias Clave», los responsables políticos, los empleadores, las instituciones financieras y la sociedad civil tienen el poder de facilitar (o dificultar) que las personas tomen medidas que las posicionen para envejecer bien.
Flexibilizar el trabajo para todos
Uno de los primeros lemas de los fundadores de NCOA fue que no se debía obligar a las personas a dejar de trabajar simplemente por llegar a cierta edad. NCOA y otras organizaciones sin fines de lucro publicaron un informe en 1952 que afirmaba que los adultos mayores deberían «tener la oportunidad de seguir trabajando, contribuyendo socialmente… siempre que estén dispuestos y sean capaces».
Llevamos nuestro caso a los legisladores. En 1967, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley contra la Discriminación por Edad en el Empleo (ADEA), que prohibía a los empleadores discriminar a las personas de 40 años o más en cualquier aspecto del empleo. Tan solo un año después, el gobierno, las organizaciones sin fines de lucro y los empleadores volvieron a unirse para implementar el nuevo Programa de Empleo en Servicio Comunitario para Personas Mayores (SCSEP) del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. Aún en funcionamiento, el SCSEP combina de forma experta la financiación gubernamental con la capacidad del sector sin fines de lucro para preparar a los adultos mayores para el empleo y el deseo del sector privado de contratar a trabajadores mayores con nuevas cualificaciones.
Dos décadas después, en 1986, el NCOA abogó con éxito ante el Congreso de los Estados Unidos para que modificara la ADEA de 1967 y eliminara por completo la jubilación obligatoria. Esto prohibió que la mayoría de los empleadores obligaran a los empleados a jubilarse únicamente por edad.
Clementine McDuffie conoce de primera mano el poder de este trabajo. Como participante del SCSEP, desarrolló sus habilidades de oficina en un centro de capacitación sin fines de lucro, lo que le allanó el camino hacia un trabajo permanente como asistente administrativa. «Nunca pensé que aprendería tanto sobre tecnología a mi edad», declaró al NCOA. «He podido abrirme muchas más puertas de oportunidad». La historia de Clementine demuestra cómo el apoyo y las oportunidades adecuados pueden cambiar vidas, a cualquier edad.
Lecciones sobre el envejecimiento en Japón
Con el rápido envejecimiento de su población, Japón ha tomado medidas similares para mantener a los adultos mayores en la fuerza laboral. El gobierno del país sabe que mantenerse activo y comprometido no solo es un imperativo económico, sino también beneficioso para el bienestar general de una persona.
En 2021, Japón actualizó su Ley de Estabilización del Empleo de las Personas Mayores para proteger a los trabajadores de hasta 70 años. La ley incluye medidas para garantizar la seguridad laboral de los adultos mayores, ayudarlos a reincorporarse al mercado laboral y brindarles oportunidades laborales en diversos sectores. Para apoyar a los empleadores en la implementación de estas iniciativas, el gobierno japonés ofrece consultoría y asesoramiento, así como subsidios para desarrollar o mejorar los sistemas de gestión para los trabajadores mayores, como la reducción de la jornada laboral.
Los Centros de Recursos Humanos Silver de Japón, fundados en 1974, también ofrecen oportunidades de empleo para adultos mayores en comunidades locales de todo el país. Estas personas pueden ocupar puestos temporales y de corta duración en residencias de ancianos, guarderías, supermercados o espacios públicos como parques. En 2021, los centros atendieron a 687.000 adultos mayores con una edad promedio de 74 años.
Colaborando en la economía de la longevidad
Más países deberían crear una hoja de ruta para fomentar este tipo de colaboración intersectorial e impulsar un cambio sistémico en la economía de la longevidad. Desde la modernización de los sistemas de jubilación y el aumento de la participación en los ahorros para la jubilación, hasta la expansión del aprendizaje permanente y las estructuras de trabajo flexibles, un plan viable para el progreso es crucial.
Sabemos que un gran cambio es posible. Pero se necesita una tribu para lograrlo. Comencemos.
Versión original: World Economic Forum escrito por Ramsey L. Alwin