¿Caes en edadismo? Un artículo de Kol Hanisayón
Una de las discriminaciones más invisibilizadas es la que actúa a partir de la edad; a veces los adultos mayores padecen comportamientos que van mermando su seguridad y hasta sus desplazamientos físicos.
El edadismo tiene que ver con los años, y puede ser de tres tipos: el institucional, en el que las normas, reglas o acciones de Gobierno restringen oportunidades a este grupo; el interpersonal, cuando son personas de un grupo social las que lo hacen (la familia); y el autodirigido, cuando las creencias de incapacidad se interiorizan y son las propias personas las que las ejercen en su contra.
El maltrato y la exclusión de personas adultas mayores se ha vuelto constante y que, además se invisibiliza.
Esta normalización los deja aislados de poder participar, ir, venir. Lo que genera no solo que se sientan mal, sino que dejan de ejercer sus derechos como ciudadanos.
Por más tarjetas del bienestar que se les dé, eso ayuda solo en el aspecto económico de toda la problemática, mientras no haya banquetas, vías de acceso, transporte público con movilidad adecuada, el escudarse en la Tarjeta del Bienestar, que les den sus tortas y hagan bailes el día de las personas mayores, eso no justifica toda la injusticia que hay alrededor de las personas mayores.
La mitad de la población tiene actitudes edadistas, que causan a adultos mayores aislamiento social, soledad, depresión, inseguridad financiera, menor calidad de vida e, incluso, muertes prematuras.
“Les dicen: como ya estás grande, ¿qué caso tiene que vayas a vacaciones?, ya no tienen paciencia para explicar cómo se usa el celular, como usar el internet, entonces esta discriminación hace que las personas se vayan aislando.
Entre más les dicen, los hacen sentir mal y deben dejar de hacerles sentir “como eres viejo, eres inútil”.
Recopilado del periódico Reforma
Escrito por Raquel Bazbaz