Cómo superar la apatía y el desaliento y prepararnos para Rosh Hashaná
Prepararse para Rosh Hashaná no debe ser algo deprimente. Es un momento propicio y emocionante para la claridad y la cercanía, basado en la positividad y el amor.
El mes hebreo de elul, una época espiritualmente muy cargada previa a Rosh Hashaná y Iom Kipur, tiene un tema sorprendente. La palabra «elul» es una sigla formada por las primeras letras de la frase: «Ani le dodí vedodí li – Yo soy para mi amado y mi amado es para mí», que se encuentra en Shir Hashirim, el Cantar de los Cantares, del Rey Salomón (6:3).
¿Por qué esta frase que expresa el profundo anhelo entre dos amantes, que es una metáfora del amor entre Dios y el pueblo judío, sirve como el eje central de los preparativos para Rosh Hashaná?
¿Cuál es la esencia de Rosh Hashaná?
Rosh Hashaná nos transporta al comienzo de los tiempos, cuando Dios, como Director General del universo, estableció presupuestos y descripciones de trabajo para toda la humanidad. Como multi-archi-millonario, no hay límites a lo que este Director General puede asignar. El único límite es la comprensión de Sus empleados de la visión de la compañía y el alcance de su responsabilidad en la implementación del programa del Director.
En Rosh Hashaná, te presentas ante Dios en su rol de Director General del universo, y expones tus argumentos para el año venidero. Los resultados previos no son relevantes.
En Rosh Hashaná te presentas ante Dios en su rol de Director General del universo, para exponer tus argumentos para el año venidero. El año previo ha terminado; tu rendimiento en el pasado no es relevante. Cada persona comienza un nuevo capítulo y todo está en juego. Ahora es el momento de obtener claridad, articular tus sueños y comprometerte genuinamente a hacerlos realidad.
El mes de elul es el período crucial para recalibrar tus metas y prepararte para hacer tu presentación ante el Jefe.
Dos obstáculos
Pero aceptar este desafío requiere superar dos obstáculos considerables con los que puedes encontrarte: la apatía y el desaliento.
Te sientes bastante alejado de Dios y estás perfectamente contento de quedarte donde estás, haciendo el mínimo esfuerzo para vivir una vida decente y pasando el resto de tu tiempo en las redes sociales, viendo series o cualquier otra cosa que necesites para pasar el tiempo cómodamente. La apatía detiene en seco el crecimiento.
Y si quieres trabajar sobre tu crecimiento personal y tomarte en serio los preparativos para Rosh Hashaná, hay una voz que te susurra al oído: «¿A quién quieres engañar? ¿Cuántas veces has recorrido este mismo camino y mira dónde estás? Exactamente en el mismo lugar, exactamente con los mismos problemas. La gente no cambia. Admítelo, eres un fracaso y no hay razón para pensar que este año será diferente».
El desánimo te quita la energía y socava cínicamente tu capacidad de cambiar.
La frase «Yo soy para mi amado y mi amado es para mí», que tipifica la esencia de elul, es el salvavidas que necesitas para salir de la debilitante apatía y el desánimo.
¿De qué manera?
El amor es el pilar
Stephen Covey, autor de Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, popularizó la expresión «el amor es un verbo». Uno de los mandamientos del judaísmo es «ama a tu prójimo», lo que la mayoría de los comentaristas definen como expresar el amor a través de la acción. Es difícil ordenar una emoción; ordenar una acción es mucho más factible.
El matrimonio es el compromiso de colmar a tu cónyuge de actos de amor, independientemente de tu estado de ánimo y de que sientas o no amor. Sin importar lo que sientes, ama a tu pareja. Esto significa: pon tu amor en acción. Muéstrale afecto, hazle cumplidos, salgan a una cita, sé curioso y escúchala y, lo más importante, preocúpate por las cosas que le importan a tu pareja.
Poner en acción tu amor fomenta sentimientos de amor. Lo que empieza como un verbo se convierte en objeto. La distancia que hayas podido sentir entre tú y tu cónyuge se disipa a medida que se restablece la intimidad.
Ahora aplica esto con Dios. No hay problema si no sientes amor. El amor es un verbo; sólo haz lo que tienes que hacer. No esperes la inspiración repentina. Tómate unos momentos tranquilos y pregúntate: ¿Cuáles son las cosas que son importantes para Dios en las que puedo trabajar para que sean importantes para mí? Tómate tiempo para responderlo, te sorprenderá escuchar lo que dice tu yo interior cuando accedes a él con honestidad y vulnerabilidad.
Luego elige una o dos cosas que más te hablen y comienza a ponerlas en práctica, sin prisa pero sin pausa. Estos primeros pasos aflojan los grilletes de la apatía y ayudan a disminuir la distancia espiritual que puedes estar sintiendo con Dios. Pero tú debes dar el primer paso, no Dios. Por eso la frase comienza diciendo «yo soy para mi amado». Comienza cuando tú das el primer paso.
El mejor aliento
El amor fluye en ambos sentidos Una vez que das ese primer paso para acercarte a Dios, tus esfuerzos se verán correspondidos con el abrazo de bienvenida de Dios. El amor de Dios es una constante. Incluso el paso más pequeño hacia adelante impacta el tono de la relación.
Dios responde de forma recíproca, como lo expresa la segunda parte de la frase: «y mi amado es para mí». Esto es esencial para superar el desaliento.
Aunque haya momentos en los que desees arrojar la toalla y darte por vencido, Dios ve tus intenciones más profundas. Como tu Creador que invirtió en ti un potencial inconmensurable de grandeza que sólo tú puedes alcanzar a través de tu misión única en la vida, Dios te apoya y quiere que tengas éxito. Siente ese amor y permite que te fortalezca para dar el siguiente paso en tu viaje.
Prepararse para Rosh Hashaná no debe ser una carga pesada. Es un momento propicio y emocionante para la claridad y la cercanía, basado en la positividad y el amor. Por eso la esencia de elul se expresa a través de la frase «yo soy para mi amado y mi amado es para mí», subrayando el amor que caracteriza a este período.
Dar pequeños pasos para fortalecer tu relación con Dios te sacará de la apatía y despertará un mayor sentimiento de amor y cercanía. Esto a la vez será correspondido por el amor constante de Dios, lo que te dará el ánimo y la confianza necesarios para avanzar, paso a paso, concretando el camino de tu vida.
Versión original: Aish Latino escrito por Rav Nejemia Coopersmith