Cuidados emocionales durante el aislamiento
Cualquier nuevo hábito necesita disciplina para no caer en la idea de que se tratan de tiempos muertos o vacaciones forzadas.
Conforme avancen los siguientes días, podremos empezar a experimentar aburrimiento, que se transformará en cierta desesperación, que luego puede convertirse en ansiedad constante.
Si estamos acompañados de la familia, de niñas y niños, adultas y adultos mayores, entonces debemos aprender a sobrellevar el aislamiento social de la mejor manera durante esta contingencia.
Nuestras rutinas tendrán que ser adaptadas a interiores, así como la convivencia entre quienes estamos bajo el mismo techo. No va a ser la misma experiencia para todos, anticipo, y nada de lo que hemos padecido antes es similar a lo que estamos atravesando por la aparición del COVID-19.
Líneas de apoyo
Estamos ante una contingencia única y por eso debemos utilizar todas las herramientas disponibles para ayudarnos a atravesar por este periodo de reclusión doméstica.
Una inmediata es marcar el 5559801118, la línea de apoyo Comunitaria JERUM, que cuenta con profesionales para atender casos de apoyo emocional. También esa atención está disponible en jerum.org
No obstante, cualquier nuevo hábito o rutina necesita disciplina para no caer en la idea de que se tratan de tiempos muertos o vacaciones forzadas en las que podemos dejarnos caer en el sillón y ver las diez temporadas de esa serie que nos recomendaron. Es hacer nuestra vida, pero dentro de nuestros hogares.
Por eso evitemos las tentaciones de pasar horas en pijama, buscarle ángulos nuevos al sofá o dormir a cada momento. De nuevo, tracemos una rutina y sigámosla al pie de la letra, junto con nuestros familiares.
Hacer la rutina diaria desde casa
Es decir, a levantarnos a la misma hora y a seguir la misma lógica diaria: hacer ejercicio, bañarnos, asearnos, vestirnos, desayunar, trabajar desde casa (todos los que puedan, pídanlo ya a su trabajo), realizar las tareas de limpieza (no se olviden que hay que contribuir), leer, conversar y, en horarios establecidos, distraerse.
Estas semanas pueden ser una muy buena oportunidad para conocernos y fortalecer nuestro tejido social. Hablamos mucho de lo mal que estamos como sociedad, de la pérdida de valores, de nuestra desconexión con los jóvenes, sin darnos cuenta que cualquier comunidad empieza en un grupo de personas, que llamamos familia.
A ese tejido le podemos dar un muy buen refuerzo si aprovechamos estos días para reencontrarnos con quienes integran nuestro círculo más cercano.
Para los casos de adultos mayores que están solos y sus familiares no los pueden atender, se está coordinando junto con CADENA una red para acercarse y apoyarlos en esas necesidades. Por favor registrar a estas personas en esta liga: https://forms.gle/PqW4oU4Y5N6qXFaD8.
Otro enfoque comunitario
Hacer comunidad es dialogar y saber qué piensa y qué siente el de a lado, un ejercicio que a lo largo de los años perdimos como sociedad. En apariencia, muchos pueden ser distintos a mí, pero la realidad es que estamos conectados de muchas maneras y compartimos las mismas metas y los mismos anhelos.
A partir de nuestras coincidencias, y no de lo que nos separa, podemos ir en la misma dirección, lo que será uno de los puntos positivos que podemos extraer de esta crisis.
Es decir, esta pandemia podría darnos la oportunidad de coincidir, ahora que más lo necesitamos, y empezar a construir las bases de esas sociedades unidas a las que tanto nos queremos parecer, aunque hacemos poco por materializarlas.
Salud emocional
El mensaje central es que la salud emocional es igual de importante que la física y el cuidado de ambas en estos momentos es fundamental para atravesar por las siguientes etapas de la contingencia.
Cuidar nuestras emociones y sentimientos, la manera en que manejamos la incertidumbre, es determinante para nuestra salud física, por lo que debemos atender las dos, bajo un principio de equilibrio en donde podemos ayudarnos entre todas y todos con acciones simples de comunicación a distancia, solidaridad vecinal y uso de herramientas tecnológicas para estar pendientes de todas las personas de nuestro círculo más cercano.
Versión original: Opinión Excélsior Luis Wertman Zaslav