Desmintiendo los principales mitos sobre las personas mayores. Un artículo de Kol Hanisayón y Ruaj
A continución se citan los principales mitos con la refutación que los desmiente:
“Las personas mayores son frágiles y dependientes”
A pesar de que algunas personas pueden necesitar apoyo, otras continúan desempeñando actividades como viajar, trabajar o practicar aficiones que requieren destreza física y mental. De hecho la autonomía no depende solo de la edad, sino del estado de salud y del entorno de cada persona.
“El deterioro cognitivo es inevitable”
No todas las personas mayores desarrollan demencia o pérdida severa de memoria. Si bien es cierto que, con el avance de la edad, se incrementa el riesgo de experimentar algún deterioro cognitivo, la estimulación mental, la participación en actividades cognitivas y un estilo de vida saludable pueden prevenir o retrasar significativamente este proceso.
En este punto, la estimulación cognitiva a través de la conversación, la lectura o la resolución de problemas cotidianos contribuye a mantener la agilidad mental.
“Hacer ejercicio es peligroso a ciertas edades”
El movimiento es clave para la salud, y existen ejercicios específicos para cada condición física. Actividades como estiramientos suaves o ejercicios de resistencia ayudan a fortalecer músculos y articulaciones, disminuyendo el riesgo de caídas sin necesidad de realizar esfuerzos extenuantes.
“Los mayores no pueden aprender cosas nuevas”
Es importante subrayar que la capacidad de aprendizaje se mantiene a lo largo de la vida.
Muchas personas mayores se inician en nuevas disciplinas como la jardinería, la escritura o la música, lo que, además de mejorar sus habilidades, también les aporta satisfacción personal y refuerza su autoestima.
Existen numerosos testimonios y evidencias científicas que destacan la neuroplasticidad del cerebro, demostrando que la adquisición de nuevas habilidades en edades avanzadas no solo es posible, sino que también favorece el bienestar general y la salud mental.
“La soledad es irremediable en la vejez”
Aunque el riesgo de aislamiento existe, muchas personas mayores disfrutan de una vida social activa gracias a clubes, asociaciones o voluntariados. A este respecto, mantener el contacto con familiares, participar en actividades intergeneracionales y utilizar herramientas digitales son muy recomendables para potenciar su salud emocional.
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