La edad de cada órgano podría predecir la demencia y las enfermedades cardíacas
La edad biológica de los órganos individuales puede ser un buen predictor del riesgo de enfermedad, sugiere un nuevo estudio.
- La edad cronológica se refiere a cuántos años llevamos de vida, mientras que la edad biológica es la edad de nuestras células y órganos.
- Los expertos sugieren que la edad biológica de la persona en su conjunto, o de órganos individuales, es un mejor indicador de salud y envejecimiento que la edad cronológica.
- Ahora, un estudio ha descubierto que un análisis de sangre que detecta la edad biológica de los órganos puede predecir el riesgo de desarrollar problemas de salud muchos años después.
- Los investigadores sugieren que este tipo de prueba podría ser crucial para ayudar a predecir y prevenir muchas enfermedades, incluyendo enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer.
Los investigadores consideran la edad de una persona de dos maneras diferentes:
- La edad cronológica es el número de años transcurridos desde el nacimiento de una persona y es la edad con la que una persona se identifica.
- La edad biológica es una medida de la edad de las células y los órganos, y puede variar ampliamente de la edad cronológica de una persona, dependiendo de su genética y estilo de vida.
La edad biológica también puede variar dentro de una misma persona, siendo algunos órganos biológicamente más antiguos que otros.
El envejecimiento cronológico es lineal y no se puede acelerar ni retrasar. Sin embargo, el envejecimiento biológico puede ser más rápido o más lento que el cronológico, dependiendo de la genética y de factores ambientales.
La diferencia entre ambas medidas se conoce a menudo como diferencia de edad. Una diferencia de edad negativa, donde la edad biológica es menor que la cronológica, representa un envejecimiento saludable o retrasado, mientras que una diferencia de edad positiva indica que una persona está envejeciendo más rápido de lo esperado.
Ahora, un equipo dirigido por investigadores del University College de Londres (Reino Unido) ha descubierto que un análisis de sangre para detectar la edad biológica de los órganos puede predecir el riesgo de padecer enfermedades años, o incluso décadas después.
Su estudio, publicado en The Lancet Digital Health (fuente confiable), descubrió que un envejecimiento más rápido de un órgano específico aumenta la probabilidad de enfermedades que afectan a todo el cuerpo.
El Dr. Cheng-Han Chen, cardiólogo intervencionista certificado y director médico del Programa de Cardiología Estructural del Centro Médico MemorialCare Saddleback en Laguna Hills, California, quien no participó en esta investigación, explicó a Medical News Today que:
“Este estudio observacional a largo plazo encontró una asociación entre la edad de los órganos, evaluada mediante el nivel de diversas proteínas en la sangre, y el riesgo futuro de desarrollar diferentes enfermedades. Este tipo de análisis podría proporcionar un método de estratificación del riesgo para ayudar a abordar y, con suerte, modificar la probabilidad de que una persona desarrolle una enfermedad específica”.
Un análisis de sangre puede medir la edad biológica de los órganos.
Los investigadores reclutaron a 6235 adultos del estudio Whitehall II con empleados del gobierno del Reino Unido. Evaluaron su salud a partir de historiales médicos electrónicos al inicio del estudio y durante el seguimiento 20 años después.
Todos los participantes proporcionaron muestras de sangre entre abril de 1997 y enero de 1999, cuando tenían entre 45 y 69 años. Posteriormente, los investigadores realizaron un análisis proteómico (fuente confiable) para identificar todas las proteínas en el plasma de estas muestras.
A partir de estos datos proteicos, identificaron diferencias de edad en nueve órganos o sistemas orgánicos diferentes (arterias, cerebro, corazón, sistema inmunitario, intestino, riñón, hígado, pulmón y páncreas), así como en la persona en su totalidad.
Con estos datos, los investigadores analizaron 45 enfermedades relacionadas con la edad para determinar si las diferencias de edad en algún órgano afectaban el riesgo de desarrollarlas.
Observaron que el envejecimiento biológico progresaba a ritmos variables en diferentes órganos dentro del mismo individuo, y que los individuos con algún órgano de envejecimiento rápido enfrentaban un mayor riesgo de 30 de las 45 enfermedades relacionadas con la edad examinadas.
Cómo la diferencia de edad en los órganos puede predecir enfermedades futuras
Las personas con mayor diferencia de edad en los órganos presentaban mayor riesgo de desarrollar enfermedades en etapas posteriores de la vida. Por ejemplo, una mayor diferencia de edad en el corazón se relacionó con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca en etapas posteriores de la vida.
Sin embargo, los investigadores también descubrieron que el envejecimiento avanzado en un órgano específico aumentaba el riesgo de enfermedades multiorgánicas, y que el envejecimiento rápido en más de un órgano aumentaba el riesgo de enfermedad en un solo órgano. Además, los efectos del envejecimiento celular eran generalizados, y los órganos con un envejecimiento más rápido se asociaban con una mayor mortalidad.
Jagdish Khubchandani, PhD, profesor de salud pública en la Universidad Estatal de Nuevo México, quien no participó en este estudio, explicó cómo los órganos podrían afectarse entre sí.
«Para mí, el hallazgo más interesante fue cómo el envejecimiento de un órgano afecta la probabilidad de enfermedad y el envejecimiento de otros órganos», declaró a MNT.
«Tiene cierto sentido, ya que estas funciones orgánicas se afectan entre sí», añadió Khubchandani. Además, existen mecanismos inmunitarios, genéticos, vasculares e inflamatorios compartidos. Sin embargo, desde una perspectiva práctica, estas interrelaciones dificultarán la práctica preventiva y el desarrollo de terapias. Aun así, esta fue una investigación muy necesaria con numerosos hallazgos novedosos.
¿Cómo se relaciona el envejecimiento orgánico con la neurodegeneración?
Las diferencias de edad observadas en el sistema inmunitario se asociaron fuertemente con el desarrollo posterior de demencia, y un intestino en rápido envejecimiento fue el factor de riesgo más importante para la enfermedad de Parkinson.
Estos hallazgos refuerzan estudios previos que han vinculado los marcadores inflamatorios en sangre con un mayor riesgo de demencia, y una barrera intestinal deteriorada (Fuente confiable) con el Parkinson.
“Curiosamente, el estudio encontró una asociación entre las proteínas asociadas con la inflamación y el riesgo futuro de demencia. Esto sugiere una relación entre los procesos inflamatorios y los trastornos neurodegenerativos, algo que debería ser objeto de mayor investigación.”
– Cheng-Han Chen, MD
Se necesita más investigación para verificar el potencial
En declaraciones a MNT, Sebnem Unluisler, Director de Longevidad e Ingeniero Genético del Instituto Regenerativo de Londres (Reino Unido), quien tampoco participó en esta investigación, señaló:
“Este tipo de análisis de sangre podría ser revolucionario en la medicina preventiva, en particular en la atención médica centrada en la longevidad. Al identificar tempranamente el envejecimiento específico de los órganos, los médicos podrían implementar intervenciones específicas, como modificaciones del estilo de vida, medicamentos o terapias regenerativas, antes de que la enfermedad se manifieste”.
Los autores del estudio también enfatizan que su investigación tiene limitaciones. Al ser un estudio observacional, no puede demostrar causalidad; la cohorte era, en general, más sana que la población general; y las tasas de incidencia de algunas enfermedades eran bajas, por lo que fue difícil confirmar las asociaciones.
Si bien pruebas como esta podrían tener un gran potencial, existen problemas que deben resolverse, como nos comentaron Unluisler y Khubchandani.
Si bien es prometedora, esta prueba requerirá mayor validación y estandarización antes de su implementación clínica. Además, surgen consideraciones éticas sobre cómo asesorar a los pacientes que descubren que sus órganos están envejeciendo prematuramente, especialmente en casos donde las intervenciones son limitadas. No obstante, este estudio destaca el creciente potencial de la proteómica en la medicina de la longevidad y la atención médica de precisión —afirmó Unluisler—.
El desafío radica en que el envejecimiento presenta numerosos marcadores con diferentes capacidades predictivas de mortalidad y morbilidad. Otro desafío es la amplitud con la que los médicos pueden utilizar estos marcadores y su disponibilidad para que el público general pueda medir sus perfiles de riesgo (por ejemplo, costo y acceso). Finalmente, si bien estos avances en marcadores pueden contribuir a la medicina de precisión y a los nuevos medicamentos, también se requerirá un cambio en los comportamientos individuales.
– Jagdish Khubchandani, PhD
Versión original: Medical News Today
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