Un Séder en cuarentena: 7 ideas para elevarnos espiritualmente
Este año, infunde alegría a esta experiencia singular del Séder.
Esta noche del Séder será muy diferente a los años previos. Lamentablemente algunos estaremos solos. Otros lo pasarán con unos pocos miembros de su familia. Los pensamientos y la conversación alrededor de la mesa del Séder también tendrán otro sabor y otro énfasis.
Las siete ideas siguientes tienen la intención de elevar y dar alegría a la experiencia del Séder de este año.
1. El saludo correcto
El amado maestro jasídico, Rabí Levi Itzjak de Berditchev (1740-1810) argumentó que adoptamos un saludo equivocado para Pésaj. Él sugirió que cambiáramos el saludo con el que utilizamos en Purim. “En Purim saludamos a nuestros amigos diciendo A freilijen Purim (un Purim alegre) y en Pésaj decimos A kasherin Pésaj (un Pésaj kósher). Pero debe ser exactamente lo opuesto. En Purim debemos recordarnos mutuamente observar el día de una ‘forma kósher’, sin exagerar con la bebida ni con «alegría» desmedida.
“Sin embargo en Pésaj no precisamos recordatorios para observarla con todas sus rigurosidades y leyes. Eso todos lo sabemos. Lo que necesitamos recordarnos mutuamente es que nada es más importante que la alegría para lograr que Pésaj sea memorable y nos inspire”.
Esta enseñanza nos ofrece una perspectiva singular, especialmente este año. Aunque enfrentamos muchas distracciones y hay tensión y ansiedad, la noche del Séder debe ser alegre y divertida. Quizás ahora más que nunca. No hay lugar para la melancolía.
El Séder de Pésaj es para los niños. Ellos merecen sentir la alegría y el placer profundo durante esta noche especial. El Talmud registra la práctica de darles a los niños dulces para mantenerlos despiertos durante el Séder. Prepara una sorpresa especial para darles a tus nietos en el Séder.
Natan Sharansky, quien pasó nueve años en una prisión soviética como un refusenik judío, hace poco publicó un video con cinco recomendaciones basadas en su experiencia personal, respecto a cómo soportar los largos días de confinamiento. Sorprendentemente, él destacó la importancia del humor. Sin importar cuán difícil sea la situación, uno debe infundirla con alegría y diversión para sobreponerse a sus dificultades. El Séder de este año debe estar repleto de cantos, bailes y una fuerte dosis de buen humor.
2. ¿Por qué se quiebra la matzá?
¿Por qué quebramos la matzá por la mitad al comienzo del Séder, el ritual conocido como Iajatz? El eminente sabio contemporáneo, Rav Iosef Soloveitchik zt”l (1903-1993) ofreció una respuesta singular. Cuando los israelitas estaban esclavizados en Egipto, había algunos esclavos que tenían mejores condiciones que otros. Algunos tenían el privilegio de servir a amos más misericordiosos y vivían con mejores condiciones; otros estaban en circunstancias mucho peores. Aquellos que fueron afortunados de tener más, quebraban su pan y lo compartían con los que tenían menos.
En la noche del Séder imitamos el comportamiento de nuestros predecesores y hacemos lo mismo. Enseñamos que esta es la forma de compartir bondadosamente con los demás, incluso bajo las condiciones más difíciles.
Nos encontramos en un momento sin precedentes. Estos son días de crisis. A menudo la respuesta común en tales escenarios es comportarse con egoísmo. Nuestros instintos naturales nos dicen que tenemos que cuidarnos a nosotros mismos y a los miembros de nuestra familia. Todos vimos videos e informes de personas acumulando alimentos y rollos de papel higiénico por el pánico y el estrés de esta situación.
El desafío en estos días es ser personas de jésed, de ‘bondad’, y mantener un profundo sentimiento de solidaridad hacia los demás, incluso bajo condiciones difíciles. Durante las últimas semanas fuimos testigos de innumerables ejemplos de bondad heroica. Este siempre fue nuestro camino. Esto queda simbolizado en el cuarto paso del Séder, Iajatz, cuando quebramos la matzá por la mitad.
3. Una festividad de «velocidad»
¿Qué historia compartieron entre ellos los israelitas en el primer Séder? Al fin de cuentas, cuando se sentaron a celebrar el primer Séder el pueblo judío seguía estando en Egipto. Ellos comieron matzá y maror (hierbas amargas). ¿Pero qué historia relataron? El Éxodo todavía no había ocurrido.
El ilustre maestro jasídico, Rabí Menájem Nájum de Chernobyl (1730-1787), dijo que relataron la misma historia que nosotros contamos sobre la salida de Egipto. Ellos cantaron sobre los grandiosos milagros y la redención. ¿Cómo es posible? La respuesta, dijo Rabí Menájem Nájum, es que estaban repletos de tanta fe y esperanza que presagiaron la redención, incluso la saborearon antes de que tuviera lugar. (Séfer Meor Einaim, Parashat Tzav).
Lo que él sugirió es que incluso en la noche más oscura debemos mantenernos esperanzados y optimistas. Después de una noche larga, de repente emerge la luz.
Pésaj es una festividad de «velocidad». La matzá debe hornearse sólo en 18 minutos. El pueblo judío partió raudamente de Egipto. La masa no tuvo tiempo de leudar. “Con gran prisa los judíos experimentaron el Éxodo”. Quizás por eso los escritos cabalísticos se refieren a la matzá como el “pan de la fe”. Este fue el pan que comieron los esclavos y de repente se transformó en el pan de la libertad; el mismo pan que expresó su emancipación de la esclavitud.
Aquí encontramos una lección: las cosas pueden cambiar rápidamente para mejor, de forma inesperada.
Nunca nos damos por vencidos. Vendrán días mejores.
4. ¿Por qué un huevo?
Muchos acostumbran a comenzar la comida del Séder comiendo un huevo. ¿Por qué? Hay diversas respuestas. De acuerdo con una tradición, el huevo es el único alimento que cuando lo calientas no se ablanda. Si hierves un huevo, se vuelve duro. Esto simboliza al pueblo judío: mientras más calor y presión nos aplicaron como pueblo, más duros y fuertes nos volvimos.
En estos días tenemos que fortalecernos con la idea de la resiliencia. Como pueblo hemos enfrentado las tormentas más difíciles. Una y otra vez, a lo largo de nuestra historia, buscamos en lo más profundo de nuestro ser y encontramos la fe y las convicciones para seguir adelante, a menudo floreciendo durante las situaciones más difíciles. El pueblo judío es un maestro de resiliencia.
En la vida de cada persona hay altos y bajos. En los momentos difíciles debemos recordar que ya emergimos en el pasado de otros episodios similares y que también sobreviviremos esta prueba. Aunque hay mucha tristeza, no debemos desesperarnos. Pésaj trae un mensaje tanto para el individuo como para la nación.
5. Rabí Levi Itzjak de Berditchev no iba a comenzar el Séder hasta que…
Faltaban una pocas horas para que comenzara el Séder y Rabí Levi Itzjak de Berditchev tenía un mensaje urgente para sus discípulos: “No comenzaré el Séder hasta que tenga 50 pañuelos de seda, cuatro kilos y medio de tabaco turco y una hogaza de pan”.
Sus discípulos se sorprendieron. “¡Rebe! ¿Dónde se supone que vamos a encontrar esos ítems?”.
El Zar había prohibido los pañuelos y el tabaco. ¡Eran contrabando! ¡Nadie tenía en sus casas! Respecto a la hogaza de pan, en unas pocas horas comenzaba Pésaj. ¿Dónde iban a encontrar una hogaza de pan en todo Berditchev?
Rabí Levi Itzjak se mantuvo inflexible y se negó a comenzar el Séder hasta que le llevaran los artículos ilegales y una hogaza de pan.
Sus discípulos corrieron por todas partes, revisando todo el pueblo en busca de los artículos necesarios. Después de muchas súplicas y explicaciones, finalmente consiguieron los pañuelos de seda y el tabaco turco, y regresaron a lo de su Rebe para mostrarle lo que habían conseguido
“¡Excelente!”, dijo Rabí Levi Itzjak. “¿Pero dónde está la hogaza de pan?”. Con los ojos llenos de lágrimas, los discípulos le suplicaron: “Por favor Rebe, debe entenderlo. ¿Dónde vamos a encontrar jametz en Berditchev unas pocas horas antes de Pésaj?”.
Rabí Levi Itzjak levantó los ojos al cielo y comenzó a llorar. “Dios, el Zar prohibió importar pañuelos de seda. Todo el que es capturado utilizando un pañuelo de seda es sentenciado a 25 años en un campo de trabajos forzados. Sin embargo los habitantes de Berditchev tienen por lo menos 50 pañuelos. Existe una pena de muerte para cualquiera que tenga tabaco turco y el Zar colocó cientos de soldados a lo largo de la frontera para asegurar que no entre tabaco. Sin embargo, en Berditchev se puede encontrar cantidades de tabaco. Pero Tú, Dios, no tienes policías ni inspectores. ¿Dónde están Tus cortes y Tus campos de trabajos forzados? Hace más de 3.000 años Tú nos ordenaste sacar todo el jametz de nuestros hogares… ¡Y en toda la ciudad no se puede encontrar ni una sola miga de jametz! ¡Quién es como Tu pueblo, oh Israel!”.
Con esta última declaración, Rabí Levi Itzjak de Berditchev se sentó y comenzó el Séder de Pésaj.
Este año podemos imaginar a Rabí Levi Itzjak sacudiendo los cielos en la víspera de Pésaj, diciéndole a Dios: “Mira a Tu pueblo amado. Mira su anhelo por Tu Torá y por la oportunidad de ofrecerte sus plegarias. Miles y miles de judíos, a pesar de estar aislados en sus casas, estudian sus textos sagrados con otros judíos a través de Zoom, estudian Torá a través de Facebook, rezan “juntos” con WhatsApp, celebran bar y bat mitzvá en línea con cientos de amigos y parientes observando una pantalla.
Quizás Rabí Levi Itzjak dirige la atención de Dios hacia todos los maestros, rabinos y profesionales de salud mental que brindan consuelo y consejo a tantas personas. O quizás Rabí Levi Itzjak le recuerda a Dios la multitud de personas que se sentarán solas en la mesa del Séder para asegurar el bienestar de sus parientes y amigos.
En este mismo espíritu, en la noche de Pésaj nos unimos y proclamamos: “Padre celestial, observa a Tu pueblo tan especial, ve su devoción y su compromiso. Ahora, celebremos el Séder”.
6. Una plegaria por toda la humanidad
Hay un pasaje de la Hagadá que a menudo pasamos por alto. Se encuentra casi al final de la noche del Séder. Allí proclamamos: “El alma de todo ser vivo bendice Tu Nombre”. La plegaria Nishmat Kol Jai. ¿Por qué se incluyó esta plegaria en la Hagadá?
Rav Iosef Soloveitchik zt”l (1903-1993) enseñó que justo antes de concluir el Séder cambiamos el foco de atención. En la parte inicial del Séder celebramos el fin de nuestra opresión de la esclavitud en manos de los egipcios. Sin embargo, cuando llegamos al punto cumbre, recordamos que el mundo necesita con urgencia la redención. No sólo rezamos por nuestra redención, sino por la redención de la humanidad. Cuando llegamos a la plegaria Nishmat Kol Jai, la noche del Séder alcanza alturas espirituales mientras decimos: “Toda boca te agradecerá, toda lengua te jurará fidelidad”. No sólo nos preocupa el pueblo judío sino el bienestar de todas las personas en todos los rincones del mundo.
Uno de los rituales que más me gustan del Séder es abrir la puerta para el profeta Eliahu, que simboliza al heraldo del Mashíaj. Esto ilustra con fuerza la perpetua esperanza judía de que toda la humanidad pueda vivir en un mundo sin sufrimiento ni dolor.
Aunque como judíos vivimos de una forma diferente de aquellos que nos rodean, hay momentos, como los días actuales, en que reconocemos que compartimos algo con toda la humanidad. Somos uno con nuestros semejantes. Somos responsables los unos por los otros y rezamos fervientemente por la curación de todas las criaturas de Dios.
Este año recitemos el pasaje de Nishmat Kol Jai como una súplica para la curación y la redención de toda la humanidad.
7. Su amor te rodea
¿Qué significa la palabra Pésaj? Por lo general se la traduce como ‘saltear’, en referencia al episodio milagroso en que Dios «salteó» los hogares de los israelitas en Egipto durante la plaga de los primogénitos. Sin embargo, el gran comentarista de la Torá, Rashi (Éxodo 12:13) ofrece otra explicación: Pésaj significa ‘amor’. Rav Abraham Isaac Kook zt”l, el primer Gran Rabino de Palestina prefería esta explicación.
En la última noche que los esclavos israelitas pasaron en Egipto, cuando se vieron confinados a sus hogares, el versículo dice que Dios pasaj sobre sus casas. ¿Qué significa Pésaj? No que los salteó, sino que los judíos se sintieron rodeados del amor de Dios. Sintieron el cálido abrazo de Dios.
Este es el verdadero significado de la festividad y lo que deseamos infundir en nuestras almas en el Séder. Incluso si este año estás sentado solo, o lejos de tu familia y amigos, debes saber que no estás solo. Dios está a tu lado.
El Éxodo se distingue por ser un acto de fe de nuestros ancestros. Dos millones de personas entraron a un desierto desolado, donde no había comida ni agua para semejante multitud, apegados sólo a su creencia de que Dios proveería a sus necesidades.
Al comienzo de la Hagadá se introduce un nuevo nombre de Dios: HaMakom, lo que puede traducirse como “el lugar” (Baruj HaMakom Baruj Hu). ¿Por qué este cambio de nombre? El Midrash explica que cuando hablamos de Dios como HaMakom esto significa: “Dios es el lugar del mundo”. Esto nos enseña que Dios nos abraza a todos y nunca abandona a nadie.
La Torá da un nombre muy poderoso a esta festividad: Leil Shimurim, una ‘Noche de protección’ (Éxodo 12:42), un término que transmite la esencia de la celebración: Dios nos cuida.
La historia de la salida de Egipto, el eje de la celebración del Séder, simboliza la fe absoluta e inamovible en Dios como la base de nuestra espiritualidad.
Versión original: Aish Latino escrito por Rav Aarón Goldscheider