No podemos ignorar el envejecimiento de nuestros padres. Aquí te explicamos cómo conversar con ellos sobre el envejecimiento y el cuidado de las personas mayores.
- Hablar con tus padres sobre su vejez puede ser a veces incómodo.
- Las investigaciones demuestran que la mayoría de las personas dependen de la ayuda y el cuidado de sus familiares a medida que envejecen.
- Planificar con anticipación, antes de una crisis, puede reducir el estrés, la incertidumbre y promover una mejor salud.
A principios de este año, en una conferencia médica, observé a un médico pasearse afuera de una sala de conferencias mientras sus colegas, todos expertos nacionales en el cuidado de adultos mayores, escuchaban presentaciones sobre las últimas investigaciones en el cuidado de personas mayores con demencia. Finalmente, se escuchó al médico decir por teléfono: «Es difícil creer que el paciente más difícil que he tenido sea mi papá».
Su padre, un hombre de unos 80 años, había desarrollado recientemente varios problemas de salud que lo obligaban a entrar y salir del hospital. Para este médico, fue una lucha encontrar el equilibrio e incluso comprender lo que su padre quería, a la vez que gestionaba la medicación, las citas con especialistas, las visitas a urgencias y se aseguraba de que su madre tuviera el apoyo que necesitaba en casa. Asumió que su padre quería quedarse en casa el mayor tiempo posible —aunque nunca se lo había pedido—, pero cada día era más difícil conseguirlo.
No podemos ignorar que nuestros padres están envejeciendo (aunque lo intentemos)
Incluso para quienes mantenemos conversaciones difíciles con pacientes con regularidad —como yo, enfermera especializada en el cuidado de adultos mayores—, cuando se trata de nuestros padres, hablar sobre envejecer, prepararnos para las responsabilidades que el cuidado puede eventualmente traer y asumirlas, parece estar por encima de nuestro nivel profesional.
Incluso de adultos, los niños se benefician de las interacciones positivas con sus padres. Sin embargo, nos encontramos en una situación difícil: queremos respetar la autonomía de nuestros padres y, al mismo tiempo, hacer lo que consideramos mejor para ayudarlos. Hablar de envejecer también les recuerda a las personas su mortalidad y puede hacer que nuestros padres se sientan ignorados.
Cuidar a nuestros padres es difícil y debemos estar preparados
Si bien envejecer es inevitable, la mayoría escondemos la cabeza como el avestruz, fingimos que no va a suceder y esperamos que al final todo salga bien. Sin embargo, uno de cada tres estadounidenses mayores experimentará una discapacidad en su último año de vida que le impedirá realizar actividades cotidianas básicas de forma independiente.
Aproximadamente el 80 % de la ayuda y el cuidado que necesitan será proporcionado por sus cónyuges e hijos adultos. Casi el 70 % de estos cónyuges e hijos adultos no remunerados son mujeres, una gran parte de las cuales también tienen hijos menores de 18 años que viven con ellas.
Hacer que la conversación con nuestros padres sea menos incómoda: hablar menos, escuchar más.
Conversar abierta y francamente con nuestros padres, preferiblemente antes de un período de crisis, puede reducir el estrés y la incertidumbre. De hecho, estudios han demostrado que planificar la vejez con los padres puede ayudar a reducir los conflictos familiares y a aliviar la presión posterior al tomar decisiones sobre su cuidado.
Hay maneras de facilitar la conversación. En primer lugar, planificar las necesidades de la vejez antes de que se hagan necesarias no tiene por qué ser una simple cena familiar incómoda. Las conversaciones frecuentes e informales que aborden temas como emociones, preferencias, finanzas y expectativas son importantes y deben abordarse con curiosidad.
Las conversaciones deben ser sesiones de escucha sin prejuicios. Algunas preguntas podrían ser: ¿Dónde quiere envejecer? ¿En casa? ¿En el hogar de un adulto con hijos? ¿Qué opciones está dispuesto a explorar si necesita apoyo adicional? ¿Un asistente de salud a domicilio? ¿Un programa de día para adultos? ¿Qué planes financieros tiene si se enferma? ¿Hay alguien designado para tomar decisiones sobre su atención médica?
Finalmente, si la conversación es difícil o su relación con sus padres se ve afectada por otros problemas, recuerde que no tiene que hacerlo solo. Considere invitar a un gestor de atención o a una persona con conocimientos y objetividad para que facilite la conversación.
La planificación anticipada de la atención no significa el fin de la vida; en realidad, es una forma de empoderamiento. Nos permite honrar y respetar los valores y las preferencias de tratamiento de nuestros padres, y garantiza que tengamos el apoyo necesario como posibles cuidadores.
Versión original: Business Insider escrito por Tina Sadarangani
