Un viaje llamado vida
Después de salir de Egipto, el pueblo judío tuvo muchas paradas en el camino antes de llegar a su destino final: Israel, la tierra prometida. La porción de la Torá de esta semana comienza enumerando los viajes desde Egipto hasta Israel, pero antes de hacerlo, utiliza una frase interesante y aparentemente repetitiva: “Moshé escribió sus partidas conforme a sus viajes por mandato de Dios, y estos son sus viajes conforme a sus partidas” (33:2). El comienzo de la frase ya nos dice que fueron sus partidas conforme a sus viajes, y luego al final invierte el orden para decir que fueron sus viajes conforme a sus partidas. ¿Cuál es la diferencia entre “viajar” y “partir” y por qué esta aparente repetición?
Lección:
Hubo 42 campamentos diferentes durante los 40 años que los judíos viajaron desde Egipto hasta Israel. Cada lugar ayudó a formar al pueblo judío en la nación elegida por Dios, destinada a traer santidad al mundo. Cada campamento tenía una misión especial que ayudaba a activar el potencial latente de cada individuo y de la nación en su conjunto. De hecho, nuestros Sabios comparan los 42 campamentos con las 42 letras del Nombre místico de Dios. Cada campamento no fue simplemente una parada arbitraria, sino una parte integral del proceso que llevaba al pueblo judío hacia su destino y objetivo final: Israel.
Un famoso comentarista de la Torá, Rav Hirsch, explica que la primera parte de la frase (“partidas conforme a sus viajes”), expresa cómo Dios veía los viajes del pueblo judío, mientras que la segunda parte (“viajes conforme a sus salidas”) expresa cómo el pueblo judío veía sus viajes.
Dios veía las “partidas” como un componente necesario del viaje. El acto de avanzar, de seguir adelante, de salir hacia un nuevo lugar era una pieza esencial del gran recorrido. ¿Por qué? Porque cada nuevo lugar contenía una lección por aprender, un potencial por realizar y una fuerza por adquirir.
Pero los judíos lo veían de otra manera. Ellos se enfocaban más en el viaje, estaban felices de partir y moverse porque se sentían estancados en su situación actual. Para ellos, el propósito no era el destino, sino simplemente salir de donde estaban.
Dios, en Su infinita bondad, guía amorosamente a cada uno a través de un viaje llamado vida. Cada parada en el camino está siendo orquestada para que también podamos aprovechar al máximo cada situación y así desarrollar nuestro mayor potencial. La pregunta es si estamos sintonizados con esto. ¿Vemos cada situación como una partida hacia algo nuevo o simplemente como otro tramo del viaje? ¿Nos esforzamos por extraer lecciones, fuerza y potencial no aprovechado en cada lugar adonde la vida nos lleva, o simplemente nos dejamos arrastrar por el viaje?
¡La elección está en nuestras manos!
Aunque es fácil quedar atrapados en el torbellino de la vida (ocupaciones, viajes, mudanzas, correr de un lugar a otro), podemos detenernos un momento y recordar la lección de la parashá de esta semana. Podemos saber que, así como Dios causó cada uno de los campamentos con un propósito santo y positivo, cada una de nuestras paradas también está cuidadosamente diseñada con amor para ayudarnos a cumplir nuestra misión sagrada en este mundo. Cuando logramos implementar esta mentalidad a lo largo de nuestro camino, estamos mejor equipados para extraer lecciones de cada lugar, desarrollar el potencial latente y convertirnos en el pueblo sagrado que Dios sabe que podemos ser, al igual que los judíos en el desierto.
Lección:
Ten presente que cada situación de hoy está diseñada especialmente para ti, para ayudarte a cumplir tu máximo potencial. Observa cómo esta perspectiva puede transformar distintas circunstancias a lo largo del día.
Versión original: Aish Latino escrito por Sara Maddali

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