Cómo tratar la falta de apetito en adultos mayores
Los adultos mayores pueden comer mejor cuando pueden disfrutar de comidas más pequeñas y sabrosas, así como refrigerios saludables. Las comidas en grupo y el apoyo, como la entrega de comestibles o utensilios adaptables, también pueden ser útiles. Sin embargo, un médico debe evaluar la pérdida de apetito repentina o continua.
Algunas pérdidas de apetito pueden estar relacionadas con la ralentización natural del metabolismo relacionada con la edad, la pérdida de masa muscular u ósea, o cambios en el gusto y el olfato. De hecho, entre el 15 % y el 30 % de los adultos mayores pueden experimentar una disminución del apetito.
Sin embargo, en otros casos, el apetito también puede deberse a enfermedades, efectos secundarios de medicamentos, dificultades para masticar o tragar, o afecciones psicológicas como la depresión o la ansiedad.
Cómo abordar la pérdida de apetito en adultos mayores depende en gran medida de la causa subyacente. El siguiente artículo ofrece una descripción general de posibles cambios en el estilo de vida y tratamientos médicos que podrían ayudar a una persona con disminución del apetito.
¿Cómo puedo recuperar el apetito en una persona mayor?
Una persona mayor con pérdida de apetito, o, si corresponde, su cuidador, siempre debe consultar a un médico o un dietista registrado antes de realizar cualquier cambio en su dieta.
Las necesidades nutricionales específicas de cada persona varían, y un profesional de la salud puede adaptar los planes de alimentación a cada caso. También puede recomendar suplementos nutricionales, que pueden ser útiles (Fuente confiable) en ciertos casos.
Otras estrategias generales que pueden ayudar a los cuidadores de una persona mayor con poco apetito incluyen:
- Establecer una rutina saludable: Fomentar horarios de comida regulares con alimentos que luzcan y huelan bien. Usar platos coloridos, añadir condimentos o adobos y planificar las comidas con opciones más saludables y atractivas.
- Hacer que las comidas sean agradables: Para despertar el interés, involucrar a la persona en la elección y preparación de los alimentos, usar su vajilla favorita, poner música y organizar comidas con familiares o amigos.
- Priorizar la nutrición sobre la cantidad: Servir porciones más pequeñas de alimentos ricos en nutrientes y aumentar las calorías con complementos saludables como aceite de oliva, mantequillas de frutos secos o aguacate. Eliminar barreras externas: Si es posible, contrate servicios de entrega de comestibles o comidas a domicilio si le resulta difícil comprar o cocinar.
- Mantener refrigerios saludables: Abastezca frutas, yogur, mezcla de frutos secos y mantequillas de frutos secos, y realce los sabores de la comida con hierbas y especias.
- Fomentar el ejercicio: Siempre que sea posible, promueva el ejercicio ligero, especialmente el entrenamiento de fuerza, bajo supervisión médica, lo cual puede ayudar a mejorar el apetito y mantener la masa muscular.
- Abordar la sequedad bucal o los problemas de deglución: Sugiera chicles o enjuagues sin azúcar, ofrezca sopas, batidos o bebidas nutritivas y considere utensilios adaptables o terapia del habla si es necesario.
Tratamiento médico
La forma en que una persona aborda la pérdida de apetito también depende de la causa subyacente. Si bien los cambios relacionados con la edad, la aversión a ciertos alimentos y las dificultades para masticar o tragar son comunes, otras causas médicas pueden requerir un tratamiento médico más especializado. Algunos ejemplos incluyen:
- Enfermedades crónicas (cáncer, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o hepática)
- Problemas gastrointestinales
- Infecciones
- Demencia
- Trastornos tiroideos
- Efectos secundarios de medicamentos
Dependiendo del diagnóstico, los médicos pueden recetar medicamentos para estimular el apetito, como antieméticos, hormonas, corticosteroides o antidepresivos. La elección del medicamento depende del estado de salud general y las necesidades médicas de la persona.
¿Cómo puedo saber si la pérdida de apetito en una persona mayor es grave?
Siempre se debe buscar una evaluación médica para la pérdida de apetito. Si los tratamientos no ayudan, el apetito continúa disminuyendo o la persona pierde el apetito repentinamente, es importante consultar con un médico urgentemente.
Las señales de advertencia que requieren atención inmediata incluyen:
- Pérdida de peso involuntaria del 5 % o más en 6 meses
- Disminución repentina del apetito que dura 1 semana o más
- Fatiga, debilidad o pérdida de la función muscular, aparición o empeoramiento
- Aumento de los síntomas emocionales, como depresión o ansiedad
- Náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea persistentes
- Dificultad repentina para masticar o tragar
Es importante estar atento a estas señales, ya que en los adultos mayores, la pérdida de apetito puede ser una señal temprana de desnutrición, a menudo antes de la pérdida de peso.
Incluso cuando el peso se mantiene estable, la disminución del apetito puede aumentar el riesgo de complicaciones de salud, problemas de movilidad y, en casos graves, provocar una muerte prematura.
Resumen
Los adultos mayores suelen comer mejor cuando tienen acceso a pequeñas porciones de alimentos sabrosos y nutritivos, así como a refrigerios saludables.
Comer en grupo, comprar alimentos a domicilio, utensilios adaptables y estrategias para controlar la sequedad bucal o la dificultad para tragar también pueden facilitar y hacer más placentero comer. Sin embargo, algunos casos de pérdida de apetito requieren tratamiento médico.
Versión original: Medical News Today
